"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmos 51,10)
Algo anda mal, tú lo sabes bien, no hay el mismo sentir en ti que en otros tiempos, todo te parece monótono, y el sabor de las cosas espirituales se va perdiendo poco a poco.
Seguramente dejaste de orar hace un tiempo, leer la Palabra se te hace aburrido y hasta cierto punto tedioso, haces un sobre esfuerzo para leer estas líneas, porque realmente no es de tu agrado en estos momentos de simpleza espiritual.
Tú sabes que las cosas no están caminando como debes de caminar, tú muy bien sabes que poco a poco te vas alejando de lo que un día estuviste tan pero tan cerca. En tu mente hay una intención fugaz de comenzar de nuevo, pero todo parece muy pesado y difícil de conseguir.