"Pero si le entregas tu corazón y hacia él extiendes las manos, si te apartas del pecado que has cometido y en tu morada no das cabida al mal, entonces podrás llevar la frente en alto y mantenerte firme y libre de temor”. (Job 11:13-15)
Entregar el corazón implica que estás dándole a Dios la parte más importante de tu vida. Significa que estás cediendo tus derechos voluntariamente porque deseas que él tome el control total de tu vida. Es dejar que él te guíe y te dirija aunque muchas veces no logres entender hacia qué dirección él te va conduciendo.
Es permitir que predomine el amor aún cuando muchas veces tu carne quiere la venganza. Es renunciar al yo, para ser de Dios y poder entregarse en alma, cuerpo y corazón a los demás. Es recono
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